jueves, 29 de abril de 2021

16:34 del 29 de abril

Un día como hoy, aterrizó en este mundo mi segunda hija. Con el aterrizaje sin paracaídas de la primera, tuve que dejar muchas aficiones: escribir, dibujar, colorear, la música, el teatro, el cine y la lectura, entre otras. Pasado el tiempo, y con la segunda, aparecieron otras aficiones y entre ellas, hacer las tartas de cumpleaños. Hoy, a 29 de abril, cuando la segunda cumple tres años, vuelvo a escribir, dibujar, colorear, algo de música y teatro, mucho cine y bastante lectura, pero con ellas. Me maravilla el descubrir como articulan sus historias. Ese momento en que una hormiga se sube a la mesa y cruza una hoja de papel en la que está dibujando y te mira por largo tiempo para acabar por preguntar sobre la vida de las hormigas. Es el momento de abrir la lata y disertar sobre el por qué. Las hormigas se suben a las mesas y caminan por encima de los papeles porque les gusta mucho leer y que esto les proporciona una fuerza infinita debido a que leen mucho. Se quedan un rato pensando, en meditación. Se miran entre ellas y la mayor te espeta: ¡pero no saben escribir! No, no saben escribir, contesto, pero viven con ellas en los hormigueros unas amigas que son las encargadas de escribir utilizando unos jugos vegetales y sobre papiros fabricados a base de margaritas mascadas y prensadas y mediante unas finas y larguísimas antenas, los cuentos y las noticias que esas hormigas viajeras que te encuentras sobre los papeles relatan a sus amigas, igual que yo os cuento a vosotras de donde proviene el “superpoder” de las hormigas. Sonríe una mientras la otra se rasca nerviosa la cabeza y desaparecen para seguir, en asamblea, debatiendo sobre la interesante vida de las hormigas.

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