martes, 11 de junio de 2019

Cuerpo en positivo

....
Notaba algo raro y al final le pregunté. Con sus medias palabras y parsimonia de siempre, miró mis ojos y pasado el tiempo acostumbrado de indiferencia —nada —contestó.
Sabía que ese nada era improbable. No creíble. Una cortina de humo.
Cogí dos galletas, un trozo de chocolate y una silla para acomodarme a su lado. Insistí una, dos y hasta tres veces en la pregunta. Cero respuestas.  Tenté su ausencia con las galletas. Pasó. Subí la apuesta con el chocolate. Ni por esas.
No recuerdo el tiempo que estuvimos en tensa espera, pero debió de ser mucho ya que el chocolate se había medio fundido un presentaba un aspecto de masa informe donde podía atisbarse en la superficie el espejismo de lo que fue una onza.
Me rendí. Levanté mi culo de la silla, la devolví a su lugar y en un certero y rápido movimiento agarré sus carnosos mofletes para darle un sonado beso y un gigantesco abrazo. Sé que le daba mucha rabia, pero no me pude resistir.
Cuando me alejada, dándole la espalda camino de la puerta de la habitación Carlitos musitó
—No quiero ser gordito, ni gordinflas, ni mierdas de esas. Quiero ser simplemente gordo.
Le guiñé un ojo y cerré muy despacio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario